Hoy voy a escribirte, mi mujer, pues te muestras desnuda arriba los andes, cercada de estrellas, como a recibirme en mi nuevo hogar, como a confortarme en esta nueva vida, esta nueva casa. Nuestra nueva casa. Bajo tus cabellos todo es luz, bajo tu luz todo es claro y cierto, y yo sé que ahora estoy exactamente donde debía estar.
El cariño de este pueblo se confunde con tu cariño, y toda su historia y dolor se mezclan en mis ojos y pecho, hoy. Toda la esperanza y todo el pesar. Un lindo día para que las personas no se olviden que siempre hay luz después de la oscuridad, y que hay que luchar para para que las nubes no se vuelvan fascistas.
Hoy día todo un amor me asomó, por todo y tantos, por los mismos de siempre y por los nuevos, por la humanidad… Los labios del amante derramaban tu miel, mi mujer, y la sonrisa de los niños difundían tu luz.
Gracias por las flores, gracias por las frutas. Te dejo, en cambio, mis sueños, mis ideales y la música que nasce en este nuevo vivir.
(11 de septiembre de 2011.
Salvador Allende: presente!)
Salvador Allende: presente!)
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